Agradecidos con Carmen Medina, la mujer que inventó los deliciosos huaraches.

Con salsa verde, roja o morita, con crema, queso en polvo y hasta queso fundido para que sepan más ricos, algunos les ponen carne asada, pollo o chorizo, como nos los sirvan, los huaraches mexicanos son deliciosos y ahora se han vuelto una pieza imborrable de nuestra cultura gastronómica.

¿De dónde vino esta joya? el negocio donde surgieron los huaraches, estaba a la orilla del extinto Canal de la Viga, una torrente acuífero que partía del lago de Xochimilco y llegaba al centro de la ciudad. Doña Carmelita se dedicaba a vender tlacoyos y sopes en este punto, conocía muy bien el manejo de la masa y decidió, a petición de un exigente cliente que era carnicero, hacer un tlacoyo más grande y alargado, haciéndole unos hoyitos en la parte superior.

Su producto se quedó en la lista de alimentos ofrecidos y empezó a tener mucho éxito. Lo nombró “huarache” por la similitud con el calzado tradicional mesoamericano. Más personas empezaron a replicar su fórmula, porque a diferencia del tlacoyo los huaraches se fríen en manteca, bañándolo después con la salsa roja o verde.

Para 1950, las autoridades tomaron la decisión de entubar el torrente y posteriormente agruparon a los comerciantes de la zona en el Mercado de Jamaica, ahí el negocio de doña Carmelita no floreció de la misma manera que en el canal. Tras su muerte, sus descendientes continuaron con el legado en los negocios El Huarache Azteca y el Huarache de Jamaica.

Nosotros mexicanos agradecidos, honramos la memoria de doña Carmelita por su contribución a la gastronomía mexicana.