Con amor al Real Oviedo, hemos vuelto

Este amor por el Real Oviedo comenzó en 1996, tenía 6 o 7 años y se escuchaban las leyendas que Carlos Muñoz había construido en Asturias después de haber jugado para ese mítico hijo de Jupiter que tiene sede en Alicante (el Hércules) decidió irse hacia la costa cantábrica y luego llegar al Puebla.
Eso causó una relación hermosa entre Puebla y Oviedo, el quinto máximo goleador del club hoy jugaba en una ciudad plagada de ángeles, había cambiado la mitología por la simbología, cada juego del Puebla era una nueva esperanza para construir a un club que en los 90 era sinónimo de batalla.
Y es que justo, si en algo se parecen el Puebla y el Oviedo es en tener historia plagada de éxitos y tragedias, el Real Oviedo no sólo es un club más, es uno de los orgullos más grandes de Asturias, la crisis casi los hace desaparecer cuando el club tocó el infierno de la Segunda B, lograron ser salvados a horas de la desaparición por Grupo Carso y luego, por Grupo Pachuca. (hasta yo compré acciones pensando que todo sumaba)
De tocar el infierno de la ‘tercera división española’ a estar próximos a debutar en la Liga después de 24 años, pasando por nuestro hermoso encuentro en Tlaxcala, en donde, en un simbólico Coyotes de Tlaxcala - Real Oviedo, operé uno de los partidos más hermosos y conocí a varios periodistas que cubrían al Oviedo en cualquier gira internacional que el equipo tuviera.
Y es que tuvieron que pasar 24 largos años para ver a ese hermoso escudo de vuelta en la Liga, increíblemente, como una historia llena de mitología, Veljko Paunovic descendió con ellos en el 2001 y es que, si les gustan las historias y las coincidencias, Paunovic dirigía a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León hace apenas unos meses, de donde fue despedido de una manera un tanto extraña.
Pauno, llegó para un contrato de sólo 3 meses y logró lo impensable, calificar al play-off de forma invicta desde su llegada, el Oviedo lograba entenderse de forma perfecta con el Serbio, que desde ayer, no sólo logró una misión, saldó una deuda con la afición, de un club que anhelaba su regreso.
Dejé para el final la carta de amor más grande al club, Santi Cazorla firmó sin ´sueldo’, para llevar su sueño oviedista a La Liga. Se volvió en el referente, el capitán y hoy, volverá a Primera División.
Hemos vuelto,con cariño desde México.
J. Alejandro Johnson Camacho
@alexjohnsonc